lunes, 28 de mayo de 2012

Aviones

Desde que vi por primera vez a una escuadrilla de biplanos CASA 1.131-E volando suavemente casi al ras del río Guadalquivir, en su desembocadura, procedente del campo de Tablada, en Sevilla, quedé locamente enamorado de estos aparatos voladores. Tendría, creo recordar, unos 6 años de edad.
También veía desde la azotea de mi casa los pesados Junker 52 del cercano campo de aviación de Las Tablas, en Jerez de la Frontera, tenían un vuelo tan lento que difícilmente podía yo creer que eran  aviones de guerra; les llamaban "La Pava" por lo tranquilo que eran volando.


Pero el salto espectacular en mi observación de aviones fue dado cuando inauguraron la cercana Base Aeronaval de Rota y comencé a ver, a principio con recelo, pero luego con gusto como los reactores volaban a casi ras del mar y muy cerca de las azoteas de las casas de Sanlúcar de Barrameda. Era todo un espectáculo. Una hora muy apropiada para verlos pasar haciendo un tremendo ruido era después de comer, antes de volver al colegio. 
Cuando me encontraba, en el verano, en la orilla de la playa veía como unos puntitos que se acercaba a toda velocidad desde el sur, casi costeando, para convertirse de pronto en reactores. Solían ser los bellísimos F-8 Crusader, pasaban sobre mi cabeza sin hacer ruido para, segundos después, envolverme un atronador silbido y verlos seguir hacia el norte-noroeste.


Tuve en toda mi vida numerosas aficiones. Entre todas la mejor fue durante mi etapa aeronática. Todo lo relacionado con la aviación me gustaba hasta el punto de intentar hacerme piloto de vuelo sin motor en Ocaña, pero mi madre no me autorizó y como era menor de edad me tuve que aguantar.


En mi biblioteca guardo con especial cariño volúmenes encuadernados de las revistas FLAPS especializadas en aeronáutica, astronáutica, volovelismo y aeromodelismo. Por cierto, tengo publicado un artículo sobre unas jornadas open-doors de la Base de Rota: sentí orgullo ver mi artículo en una prestigiosa revista española de aeronáutica y a mis 17 años de edad.
Había unos libritos, bellamente ilustrados, muy descriptivos, de todo los aviones que existían en la época llamado "The Observer's Book of Aircraft" editados en Inglaterra. 


Mi afición, repito, duró bastante. Una afición que me llevó a ver shows aéreos y a disfrutar con las acrobacias de las dos mejores escuadrillas del mundo: Blue Angels, de la Navy y los Thunderbirds, de la USAF.


En la práctica también disfruté con los aviones. Me dieron un paseo, que me supo a poco, a bordo de un enorme helicóptero Sikorsky S-58 de la Base de Rota. También fui una vez de copiloto-pasajero en una frágil avioneta Piper J-3 Cub y volé por el mero placer de volar por primera vez en mi vida en una avión comercial bimotor a hélices, un DC-3 desde Barajas a Sevilla.
Después hice varios vuelos transoceánicos, vuelos nacionales y por Europa. Pero todo son naderías si lo comparamos la sensación que se debe sentir pilotando un F/A-18 Hornet !!!


Recomendamos ver en youtube
Spanish Air Force F-18 Hornet Video
Ala 12, los Guardianes del Cielo

No hay comentarios:

Publicar un comentario