miércoles, 27 de agosto de 2014

¿Religiones malditas?

No existe tal cosa, los malditos son algunos seguidores de estas religiones que fundamentan su existencia basándose en la intransigencia de unas doctrinas mal interpretadas. 

No hay que remontarse a la Edad Media para asombrarnos como los católicos masacraron a los cátaros, ni tampoco tener mucha memoria para leer online como los protestantes mataban a los católicos en Irlanda del Norte.

En la actualidad hay religiones y sectas que sirven como vehículo para que los asesinos se  desahoguen en potencia. Esas sectas musulmanas que se liquidan entre sí en Siria, Iraq, Chechenia, China, Pakistán, etc nos demuestra que la maldición de las religiones no son sus ideologías sino la mala sangre de algunos desalmados que hacen de su capa un sayo y matan en nombre de su dios.

Las religiones es como el vino, ha de tomarse en pequeñas cantidades para estimularnos. Una borrachera de vino equivale a una borrachera de misticismo trasnochado que a la vez de agilipollarnos nos idiotiza mucho más que el opio. Ya no vale aquella premisa rancia de que las religiones era el opio del pueblo. Ya no, ahora algunas religiones mal interpretadas pueden ser como  la cocaína o la heroína mental del pueblo ya que enaltece la rahez humana y los malos sentimientos.

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