jueves, 28 de junio de 2012

Vinos españoles

No hay que ser un experto catador para disfrutar de un buen vino. Pero ¿qué es un buen vino?. Hay una parafernalia montada alrededor de supuestas calidades y excelencias de determinados caldos.
Los vinos a los que nos referimos son aquellos que se pueden encontrar fácilmente en una gran superficie tipo El Corte Inglés o Carrefour.


Nunca fiarse de esos "entendidos" que suelen alardear de que ellos solo beben vinos de la Ribera del Duero o de la Rioja sin especificar qué zonas de ambas D.O., qué bodegas o qué añadas. 


Hace años realicé una cata de vinos tinto de crianza de gran parte de las denominaciones de origen de nuestro país. Recuerdo que disfruté como un cosaco buscando botellas en los anaqueles, catando el caldo y haciendo una pequeña ficha donde anotaba el color, el aroma y el sabor y una calificación que yo daba.
Antes de esta cata intensiva me dejé adoctrinar por tres libros: La Guía de Vinos del Club Goumerts; la Guía Peñin de los Vinos de España y una Guía de Nuestros Mejores Vinos del club "The Spain Wine Shops".


Encontré crianzas excelsos, otros me defraudaron y otros vinos no los entendí debido a su complejidad o a mi falta de conocimiento.
Saqué la conclusión que para comprar un buen vino (hasta que no se cata nunca se sabrá si es bueno o no) se ha de buscar un punto de venta donde las botellas circulen, es decir que se vendan mucho y que se repongan con mucha frecuencia. Después seleccionar una denominación de origen que tenga un cierto prestigio. La bodega, la añada y el precio son índices que pueden dirigir nuestras compras.
No fiarse de las críticas favorables hacia ciertos vinos que aparecen en algunas revistas o periódicos. Están escritas por críticos "comerciales" pagados por las propias bodegas. Lo mejor es el instinto y la curiosidad: una buena D.O. y una bodega con solera para después tener suerte con la cata.


De aquella cata que hice a lo largo de casi dos años saqué la conclusión que los mejores tintos de crianza, según mi punto de vista, son los de las siguientes D.O.:
D.O. Bierzo; Campo de Borja; Cariñena; Conca de Barberá; Costers del Segre; Empordá; Jumilla; La Mancha; Navarra; Penedés; Priorat; Ribera del Duero; Rioja; Rueda; Somontano; Toro y Valdepeñas.


En España tenemos vinos fabulosos y no hay que saborear, incluso con el pensamiento, un Vega Sicilia, un L'Ermita o un Valbuena para sentirnos satisfechos.
Juro que yo encontré vinos muy gratos de las D.O. de La Mancha (Allozo Tempranillo); Valdepeñas (Señorío de Los Llanos) o de Rueda (Viña Cobranza).


En Andalucía tenemos vinos tintos muy, pero que muy buenos.  Otro mes reseñaré donde están esos tesoros líquidos andaluces.  

miércoles, 27 de junio de 2012

CINE CLASICO

El cochecito.
Una película del año 1960 dirigida por Marco Ferreri e interpretada por José Isbert, Pedro Porcel, José L. López Vázquez y María Luisa Pontes.


En  el libro "Videoteca básica de cine" se lee: "Es una película basada en el relato "Paralítico" de Rafael Azcona que narra con una fuerte carga de humor negro la tragedia de un hombre mayor que quiere un cochecito a motor de paralítico"


En realidad esta película es una comedia dramática, a veces cargada de surrealismo y mucho humor negro, y algo de mala milk. Por otra parte en este film se explica como los ancianos tienen dificultades específica de relación y comunicación con sus familiares.
El actor José Isbert está magistral; en su papel representa a un anciano que todavía tiene la ilusión de poseer un cochecito de inválido, estando sano, para salir con sus amigos que circunstancialmente son todos inválidos.
La censura hizo que el director cambiara el final del film. Don Anselmo, el viejo encaprichado del carrito, se enfrenta a su hijo con el quién vivía por culpa del dichoso cochecito. Entonces vende las joyas de su esposa fallecida a escondida y da una entrada para conseguir el vehículo. Total que lo tiene que devolver y de rabia envenena a toda la familia para poder recuperarlo. El final de la película según Ferreri  hace que Don Anselmo vaya tan contento conduciendo su carrito motorizado por la carretera hacia Navalcarnero y es parado por una pareja de la guardia civil que le incrimina por el asesinato múltiple y él inocentemente pregunta a los guardias. "¿Puedo llevarme el cochecito a la cárcel?" 
La censura obligó un fin diferente. Se supone que el veneno no surtió efecto y Don Anselmo huye en su cochecito hacia Navalcarnero. Es parado por la guardia civil que le reprende: "A su edad y escapándose de casa".

lunes, 25 de junio de 2012

El placer de conducir off-road

De mis múltiples aficiones a lo largo de mi vida útil, con la que disfruté una enormidad fue cuando compré un robusto, simple y divertido 4x4 con el único objeto de poder pertenecer a un club Off-Road de Granada y recorrer los bellos paisajes montañeros que rodean a la ciudad de La Alhambra.
Algunos domingos se organizaban salidas de 15 o 20 coches para explorar rutas con la ayuda del coche guía, un rutómetro y la emisora que llevábamos en los vehículos. Por aquel entonces, principios de los años 80, no había ninguna restricción para poder circular por ningún camino forestal de Sierra Nevada y otras sierras.


Recuerdo gratamente tres rutas que hicimos mi mujer, que era mi copiloto, la que leía el road-book y contactaba con la organización a través de la emisora para que yo me dedicara exclusivamente a conducir: 


1) Intento de circunvalación en el mes de enero de la pista bajo el Cerro del Caballo (altitud 3.015 m). Iniciamos el ascenso a la sierra por la pista forestal de Dílar pasando por la ermita vieja de la Virgen de las Nieves y tomar la pista que en torno al Cerro del Caballo bajaba hacia Lanjarón. Encontramos fango y algunas placas de hielo pero a medida que ascendíamos la nieve blanda se acumulaba en la senda hasta llegar casi a los parachoques. Había que utilizar la reductora y el autoblocante para que se agarraran bien las gomas. No pudimos continuar y tuvimos que volvernos  por la pista forestal de Nigüelas.


2) La Ruta de los Contrabandistas. También se hizo en pleno invierno para poder "pisar" nieve. Desde la provincia de Granada, por la Sierra de Tejeda, subía un antiguo camino (usado por los contrabandistas desde la costa hacia el interior) que ahora estaba ensanchado lo justo para que pasara un 4x4.
Se ascendía hacia la cuerda de la sierra, por la cara norte granadina, toda helada y nevada para volcar hacia la Axarquía malagueña con un contraste climático espectacular: sol, temperatura suave y un paisaje semitropical. Cruzábamos por Canillas de Aceituno y otros pueblos hasta deternos en Vélez-Málaga,  donde comíamos en un restaurante playero.


3) Rallye fotográfico por Andalucía. Cuatro días por lechos de río, pistas altas y dunas, eso sí pernoctando siempre en buenos hoteles.
Salimos desde la desembocadura seca del río Andarax en Almería. Subimos por el lecho seco y después con poca agua hasta la sierra para llegar a Laujar de Andarax y agenciar unas altísimas pistas forestales, llegar a Bayárcal, Orgiva,La Resinera, Torcal y deternos en Ronda (paramos en el mítico Hotel Victoria, donde se alojó el poeta Rilke).
 Desde esta serranía salimos hacia la Andalucía la Baja y cruzamos el río Guadalquivir por Coria, en la famosa barcaza, para navegar sobre arena blanda, tipo flesh-flesh de la Raya Real y llegar al Rocío. Nos alojamos en el gran hotel Matalascañas.
Tanto mi mujer como yo volvíamos a casa, tras estos emocionantes viajes, rejuvenecidos, a tope de adrenalina y rebosando de serotonina.