viernes, 31 de mayo de 2013

El Gran Mammón quiere destruir la Sanidad Pública en España

De las muchas barbaridades que impunemente está llevando a cabo este dasalmado sistema capitalista una de ellas es el intento de eliminar la Sanidad Pública tal como la conocemos hoy día.

El sistema social español funcionó bien durante las últimas décadas de la dictadura, durante la transición democrática y casi hasta nuestros días hasta que el PP en el poder, aprovechando que es el partido que tiene más votantes, utilizó el juego circense de un sistema democrático voluble y caprichoso y tan hispano para intentar desmontar un derecho constitucional y acabar por una vez con el INSALUD, el INSERSO,  el INSS , el  ISM o el mismo Sunsucordan  (Subsum corda) si es necesario.

Por muchas presiones que el actual gobierno central español soporte de la UE y de las empresas privadas relacionadas con la salud sería un disloque privatizar parcial o totalmente la sanidad pública como ya sucede en algunas Comunidades Autónomas.
Ya se experimentó en el año 1998 en un hospital público de una ciudad de Valencia con una privatización que resultó, después de cinco años perviviendo malamente, un rotundo fracaso a tal extremo que pidieron un rescate a la Generalidad valenciana para salir del caos en el que habían caído.

El partido actual en el gobierno de la nación, el PP, usando como fulcro la FAES, elaboró un documento para hacer palanca y desmontar toda la sanidad pública tal como la conocemos.  Todavía está en el empeño de preparar un suculento negocio para hacer ganar dinero a las empresas privadas del sector y en general al mundo financiero que se inmiscuya en este tema.

Me produce estupefacción comprobar como algunos médicos y otro personal sanitario de Andalucía critican y ponen en duda la correcta labor del SAS sin mirar hacia atrás y comprobar como lo está pasando sus colegas en la Comunidad de Madrid. Allí el personal sanitario es tratado como simples tenderos o mancebos no cualificados; para muestra tenemos el caso de aquel hospital público de Majadahonda que se privatizó y a las pocas semanas echaron a la calle a 220 empleados y a 180 internos.

El intento de la privatización de la sanidad pública es un dislate, venga de donde venga, sea del PP o del KK, es y será una monstruosidad antisocial que perjudicará a las clases menos favorecidas: un 80% de los españoles.
 Sin demagogia alguna y sin esperar favoritismos de sayones políticos  debemos, todos los andaluces, estar agradecidos a la Junta de Andalucía por mantener un SAS envidiable para otras Comunidades Autónomas e incluso que sirve de referente para otros países extranjeros.

El Gran Mammón ( el dios-diablo de la avaricia y del dinero) debe ser desterrado para dar paso al Dios del amor, de la ayuda mutua y del soporte hacia los menos favorecidos.

martes, 28 de mayo de 2013

CINE CLASICO ESPAÑOL

Surcos  (1951)

A pesar de tener esta película más de medio siglo  no tiene que envidiar a ninguna otra película italiana del mismo género.
Una familia de campesinos castellanos emigran a Madrid a principios de la década de los cincuenta para buscar un tipo mejor de vida de la que llevaban en su pueblo. 

El director José Antonio Nieves Conde, que por cierto era falangista, supo plasmar esa ola de emigrantes patrios que buscaban  mejorar sus vidas y alejarse de sus miserias  que tanto sufrían los campesinos en toda España.
Nieves Conde, dirige con maestría esta película apoyada por una excelentes fotografía, fuerte, potente, con pronunciados claros y oscuros típico del cine en blanco y negro conseguida gracias al genial Sebastián Perea.

El cine neorrealista estaba en sus principios en nuestro país, después de un hartazgo de cine insulso y folclórico llegó "Surcos",  razón por la cual la censura intentó que no se proyectara la película porque mostraba con demasiada crudeza las miserias que acosaban a los españoles, diez años después de acabada la guerra. Una miseria que el director supo reflejar con ese patio de vecino o corrala lleno de niños, casi una infestación, de mequetrefes vestidos  de harapos, sucios , violentos, ruidosos y canallas que siempre y a todas horas pululaban por el patio y los corredores de la casa.  

Hay escenas muy pintorescas que  refleja la forma de ser del español de entonces:
"Calla nena, que te doy un par de sopapos que te va a dejar lista"- le dice el novio/amante a su pareja.
"Aquí a Madrid se viene a ganar dinero en lo que sea, que esto no es el pueblo" -sentencia el veterano hermano, que ya llevaba viviendo en la capital varios años, a toda la familia de "paletos" recién llegados.  Escribo paleto porque ese despectivo calificativo se dice varias veces en la película.

Nieves Conde consiguió un cine de autor que todavía es estudiado por los aficionados y especialistas como un ariete que rompió con aquel cine fofo y barato que entonces se hacía en nuestro país.

La miseria, antes y ahora es difícil de desterrar. Como esa familia de campesinos castellanos que regresan al pueblo, apabullados por les desgracias que sufrieron en Madrid pero con el honor herido cuando dice uno de ellos: "¿Qué pensarán en el pueblo cuando nos vean regresar sin alcanzar el éxito?". 

lunes, 27 de mayo de 2013

Teoría del abuso

Abusar: usar mal o con exceso de alguna cosa o situación.

Todos han (¿hemos?) caído alguna vez en el abuso: comer o beber en exceso, tontear o hacer el gilipollas en una reunión o fiesta, etc.
También hay abusos inocentes como aquel que vi un día en una oficina bancaria. Una anciana tosió en la cola de la caja, la empleada le dijo que tomara un caramelo que había en una cestilla  sobre el mostrador. La vieja cogió un puñado de golosinas y se las metió en el bolso alegando que eran para sus nietos. Un claro ejemplo de abuso, a lo pobre, pero al fin y al cabo un abuso. 

Hace años me contaron que los empleados de la C.S. de Electricidad tenían derecho a consumir gratis toda la energía eléctrica que necesitaran en sus hogares. Como era de esperar todos los artilugios de dichos empleados funcionaban con energía eléctrica,  la cocina, el aire acondicionado, los radiadores  en todas las habitaciones e incluso, aquí llegó el abuso, algunos empleados sacaron una extensión para algún familiar o vecino para que conectara algún que otro aparatejo. Hasta que la empresa notó un abuso excesivo y cortó ese privilegio obligando a sus empleados a  abonar el recibo de la luz como cualquier otro ciudadano.

Otro abuso famoso fue el de aquella factoría de coches de un pueblo que vivía básicamente de esta empresa; los obreros solían coger bajas transitorias por enfermedad cada vez que llegaba el tiempo de la recolección de las aceitunas. Más del 40% de la plantilla "desaparecía" el tiempo necesario para trabajar en sus olivares.
Con esta rémora, cuando dicha factoría tuvo necesidad de reciclarse ningún empresario quiso hacerse cargo de la misma. Hasta que cerró la susodicha empresa industrial, todos abusaron hasta que aguantó la situación.

Y no hablemos del abuso que hubo, y todavía sigue pero en menor medida, con la seguridad social como el de aquel  anciano que vivía solo y se dio cuenta que si era ingresado en un hospital comía gratis tres veces al día, veía televisión en su cuarto y podía pasear por el pasillo o el jardín del hospital. No quería el alta médica bajo ningún concepto, decía que estaba fatal de salud para seguir viviendo del cuento. Un claro caso de abuso.

Todavía hay mucho abuso en nuestra tierra, gente que se hacen los pobres para conseguir limosnas de la administración o de cualquier entidad. 
La miseria incrustada en nuestra Comarca hace que la gente sea tremendamente astuta a la hora de abusar de cualquier sistema de ayudas.

Siempre se dijo que los poderosos abusan de su poder para enriquecerse sin trabajar mientras que los pobres abusan de todo aquello que les permitan para sobrevivir eludiendo si pueden el trabajo: haciéndose los enfermos o autolesiándose en sospechosos accidentes laborales, en definitiva, intentando abusar del sistema patriarcal del mal llamado estado de bienestar.