martes, 30 de septiembre de 2014

La Opinión del Blogger

Popularis mediocritatem

El español medio, aquel que todavía no está totalmente contaminado con algunas de las ramplonas ideas o modas sobre el actual comportamiento humano, se preguntará el por qué de ese interés por parte de los ostentadores  del Poder por enviar a los rincones de nuestra inteligencia ese bochornoso populismo donde los valores de la superación personal, del esfuerzo y de la excelencia son denostados y vapuleados por los propios servidores del susodicho Poder.

Todos sabemos, desde los tiempos de la Roma imperial que domesticar, más que educar, al pueblo llano era imprescindible para mantener aquella ingente caterva de vagos y desocupados por las calles de Roma con el único objetivo de votar cada cierto tiempo a un patricio para aspirar al puesto de gobernador o de cónsul.
 En nuestra democracia parlamentaria se actúa de una forma casi similar. Se mantiene a votantes en un estado de ataraxia pero agradecidos con los políticos de turno y votarlos cada cuatro años,  para mantenerlos  en el Poder para seguir ellos viviendo del erario  público. A cambio de esto, parte de estos votantes son recompensados con una vida mediocre, muy plana, sin apenas  luces ni sombras, aunque manumitidos con  ayudas monetarias estatales, regionales o municipales para seguir fomentando este estado de cosa.   A todos los partidos políticos les importa un ardite  la calidad intelectual, moral o profesional de sus votantes y así tenemos que los españoles son menos inteligentes y selectivos que hace unas décadas. Pero ¿por qué hay tanto miedo a la excelencia? ¿Por qué no se apoya abiertamente a las personas inteligentes y trabajadoras de nuestro país? Posiblemente porque todos los gobernantes en el pasado y en el presente temen más a ciudadanos cultos y formados que a esos panzas satisfechas que se contentan con la sportula y con las migajas que le ofrecen para mantenerlos fieles al sistema político de turno. 

En un concurso de dibujo infantil el tribunal premió por igual al número uno, con un trabajo bien hecho, que al resto de los quince niños participantes, algunos con dibujos horribles. Si desde niño no estimulamos a los mejores y torpemente medimos por el mismo rasero al niño desaplicado y disperso que al al niño trabajador formaremos unos jóvenes y a unos ciudadanos  sumergidos en una  pestilente mediocridad.

Esa mediocridad y falta de talento entre la mayoría de nuestros ciudadanos ya se manifiesta en el contexto internacional donde  los españoles destacamos bien poco, a nivel científico o cultural. ¿Desde cuando no hay un Premio Nobel entre nuestros ciudadanos?Es un grave error alentar esa falsa igualdad entre idiotas e inteligentes o entres vagos y trabajadores. 

El pensador J.A. Marina señala que el individuo debe ser dueño de sus actos. En su obra "La inteligencia fracasada" explica la necesidad de controlar nosotros mismos nuestras emociones para saber aprovecharlas en el crecimiento personal. 
Marina nos dice que nuestros sentimientos son los que nos pone en contacto con la realidad (¿por qué engañarlos como en aquel concurso de dibujo infantil?) y cada persona debe sentir, para bien o para mal, la satisfacción, la calma, la alegría así como la furia, la tristeza, la decepción, la frustración para indicarnos nuestra propio realidad y estado de ánimo.  
El único fracaso real de nuestra inteligencia es cuando no estamos satisfechos con nosotros mismos, cuando somos incapaces de encontrar nuestra felicidad. Una felicidad que no se puede imponer ni regalar, pues cada cual tiene su propio concepto de felicidad. 
Las personas que se abaten fácilmente, que no luchan por la vida,  que esperan que otros les saquen las castañas del fuego y no aceptan aquel elemental principio de aprender a pescar para comer y no depender de que les pongan  el pescado ya asado en el plato, sin esfuerzo alguno, son los candidatos a la mediocridad, a ese "popularis mediocritatem" que tanto odiaba Séneca.  


lunes, 29 de septiembre de 2014

El cambio climático: un miedo para asustar al pueblo

La gran falacia del siglo: culpar a los países desarrollados del cambio climático "natural y cíclico"

En la Historia de nuestra civilización siempre se señalaron sucesivos cambios climáticos en períodos de tiempo donde no existían ni fábricas, ni automóviles ni otros emisores artificiales de CO2
No hace mucho, en pleno siglo XVII se sufrió una especie de edad del hielo a pequeña escala donde el río Támesis se heló y los londinenses podían caminar y patinar sobre él. En esa misma época la agricultura del centro de España quedó paralizada por el intenso frío y las grandes nevadas. 

Más recientemente, los "científicos" pronosticaron un calentamiento global para todo el siglo XX pero resultó que fue a la inversa. En las décadas delos 40 y los 80 las temperaturas medias del planeta experimentaron una bajada notables.

El llamado efecto invernadero siempre existió porque si no, la vida sería imposible ya que sin este efecto invernadero la temperatura actual del Sahara bajaría a unos -25ºC

De todas formas para aquellas personas que mantienen la hipótesis que todas las emisiones de CO2 que lanzamos a la atmósfera es por culpa de los países desarrollados, por un exceso en la quema de combustible fósil, algunos críticos científicos mantienen que esta mentira es fácil de desmontar ya que las emisiones naturales de CO2 de bosques, pantanos, volcanes, océanos, etc supera varias veces aquellas emitidas por el hombre.
Teniendo siempre en cuenta que la actividad del sol incide poderosamente en el clima como aquellos fríos extremos mencionados de las décadas de los 40 y los 80. 

Recomendamos ver los documentales en youtube:
 El misterio de las nubes. El origen del cambio climático según la teoría del físico danés Henrik Svensmark.

 El Gran Timo del Cambio Climático. 

sábado, 27 de septiembre de 2014

El sistema democrático occidental no es exportable

Dicen que la democracia de corte occidental es el mejor sistema de convivencia para todos los países ¿para todos los países del mundo? Imposible, países atrasados más intelectual que materialmente como los africanos, los árabes y gran parte de los asiáticos jamás podrán  gozar de un sistema democrático similar al europeo o al americano.

El Africa Negra es un desastre de continente, siempre está sumido en  guerras, a pequeña escala o en revoluciones interraciales y religiosas.  Allí una votación política acabará siempre en un enfrentamiento, gane quien gane, nunca será aceptado por la parte contraria. En los países musulmanes, tan divididos entre ellos en sectas islámicas, en razas y subrazas o clanes, jamás podrá implantarse un sistema democrático de corte occidental. 

Cojamos dos ejemplos bases. Por una parte tenemos el caso de Libia, con buena intención o sin ella occidente ayudó a unos rebeldes a derrocar a Gadafi. No entramos en detalles. La población normal ¿vive mejor ahora que  bajo el yugo del dictador? ¿Hay más seguridad en el país para un matrimonio de cinco hijos que anterior a la revolución?

Otro caso fácil de comprobar es en Iraq. Allí se produjo el desmadre con el ataque USA al régimen del dictador Husein. ¿Cómo está el país en la actualidad? Sumido en una anarquía permanente. Que si los suníes se enfrentan a los chiíes, que ambos contra los cristianos, y para colmo, aparecen los terrorista del Estado Islámicos (ISIS) que amenazan seriamente a una parte del país. 

Si a río revuelto siempre hay ganancia de pescadores, se ha demostrado que no es válido para estos países de nula tradición democrática implantarle un régimen como el francés o el español. 
Entonces ¿es mejor una dictadura? Siempre sonó mal el concepto de dictadura, pero depende en qué país se practica. Los países árabes más estables  en la actualidad son aquellos donde hay un rey o un caid o un dirigente que sepa gobernar ese batiburrillo de gentes, tribus, clanes y sectas religiosas que pululan  en cada país. Y, creemos, que estos no son dictadores, sino dirigentes absolutistas muy necesarios porque de otra forma el pueblo islámico es ingobernable. 

La democracia es imposible en estos países mencionados y en otros ¿Imaginan a China, un país de 1.357 millones de habitantes y con 56 idiomas y grupos étnicos diferentes yendo a votar cada cuatro años y presentando centenares de partidos políticos, cada cual con su propia verborrea y mentiras?


jueves, 25 de septiembre de 2014

Religión: Jesús y los esenios

Ni las historias ni las religiones se consideraron ciencias exactas sino meras narraciones de  mitos y leyendas a favor o en contra  de las mismas según el autor de estos relatos.
Mi curiosidad me hizo conocer varias sectas religiosas hasta el límite que me impuse de no comprometerme en absoluto con los adeptos a tales creencias.  En el fondo, en todos esos tabernáculos me di cuenta que lo que interesaba era el máximo control mental del acólito, para una vez sometido exprimirle al máximo en su especialidad y por supuesto para sacarle dinero.

La religión cristiana a la que admiro y respeto usa la figura de Jesús según convenga. Jesús representado en algunas ilustraciones como un hombre guapo, de ojos azules y cabellos caoba sobre sus hombros debe ser la antítesis del hombre normal que habitaba en aquellos tiempos en Canán o en Israel o en Palestina o como quieran llamarle. Pero lo que interesa aquí no es el aspecto físico de aquel judío que se sublevó contra todos sino su pensamiento recogido por sus seguidores o por sus enemigos.

Hay biografías que me fascinaron desde mi juventud: la de Bertrand Russell, la del emperador Cayo Julio César Augusto o la de  Siddharta Buda por poner unos ejemplos, descontando, por supuesto la de Jesús como prístina figura que intentó llevarnos a un humanismo lleno de amor universal. 

Un librito de cabecera que leía con frecuencia era "Jesús y los esenios" de Schure, me encantaba leerlo y releerlo. En él se dice que para los cristianos y los no cristianos la figura de Jesús hombre es muy misteriosa y controvertida.
Por otra parte el libro explica que los esenios era una de las muchas sectas judías que existían en Israel en la época de Jesús. Estos esenios vivían apartados en el desierto y en los lugares más inhóspitos para huir del despotismo de los tiranos y de la envidia de un sacerdocio oficial ambicioso y servil. 
El vocablo esenio se deriva de la palabra siria Asaya que significa sanador o curandero ya que la misión de estos monjes esenios era curar las enfermedades físicas y morales del pueblo de Israel. Según el historiador Josefo los esenios  estudiaban ciertos escritos de medicina que trataban de las virtudes ocultas de las plantas y de los minerales.
¿Por qué Jesús se sintió atraído por los esenios? Su carácter personal probablemente lo hacía ser indiferente a la pompa externa del culto de Jerusalén, también le repelía la dureza saducea, por el orgullo fariseo y por el pedantismo de los sacerdotes de la sinagoga. Se supone que Jesús siendo joven fue a Eugaddi, junto al Mar Muerto, para formarse. Allí fue acogido recibiendo la tradición esotérica de los profetas, sanadores y sacerdotes.
La base de la religión o filosofía religiosa de Jesús se orienta en los que los teólogos llamaron antes y después el Verbo Divino; nada novedoso ya que así se lo enseñaron a Krishna en la India, a los sacerdotes de Osiris en Egipto, a Orfeo y a Pitágoras en Grecia.
Jesús tras varios años de vivir e instruirse con los esenios se sintió profeta y partió a predicar, profetizar, sobre el futuro del Israel invadido y sometido por los extranjeros. Cuando encontró a Juan su vida exotérica comenzó, olvidándose de su vida anterior.