jueves, 30 de enero de 2014

Subvenciones y ayudas ¿una agricultura y una ganadería española en el aire?

Todas las subvenciones y ayudas provenientes de la Unión Europea benefician más a los grandes terratenientes que al mediano y pequeño agricultor.

Debemos recordar que las ayudas agrícolas de la UE nacieron para compensar la renta de agricultores en apuros pero que a la larga beneficiaron a los grandes terratenientes, desde la duquesa de Alba pasando por los Botín, March, Benjumea, Conde, Cortina, Alcocer, Entrecanales, etc.

La familia Mora Figueroa recibe cada año cinco millones y medio de euros (5'5 millones) de subvenciones. La duquesa de Alba un millón; Botín 300.000 euros; Mario Conde 458.000 euros y así algunos más. 

Extrañamente, algunas fincas dedicadas a coto de caza también reciben ayudas como la enorme Finca Aguas de Verano, un coto que recibió 140.000 euros.

Siempre pierden los menos poderosos. Desde hace tiempo las organizaciones agrarias UPA y COAG lucharon para que las subvenciones  fueran a parar al agricultor profesional ya que estas ayudas se pensaron para complementar las rentas de ganaderos y agricultores que vivían de su trabajo.

Actualmente la mitad de los presupuestos de la UE se dedican a la financiación de la Política Agrícola Común y España es el segundo país de la UE que recibe más dinero. En nuestro país hay censadas 303 empresas o particulares que recibieron ayudas por encima de los 300.000 euros.

¿Cual será el futuro de la PAC para el año 2014? Desde 2014 hasta 2020 la nueva PAC presentará muchas novedades y un cambio considerable a la hora de repartir las ayudas que llegan de la UE, frente a la PAC anterior ésta será la que otorgue más capacidades a los Estados para repartirla en su territorio.

La polémica está servida, UPA ha reclamado que se cuente con la opinión de los agricultores y ganaderos en la definición de las 40 regiones que deben servir para mitigar los efectos perversos de la tasa plana.

(Fuentes: www.tiempo.es y www.upa.es)

martes, 28 de enero de 2014

Nos vamos al chalé ¡Qué tormento!

 "No deseo que mi marido lea estas líneas de mi diario ya que se deprimiría. Ya somos viejos para cambiar nuestras vidas y ahora no tenemos más remedio que  dedicamos a vegetar en nuestra dulce y aburrida prisión: nuestro chalé, que está en la urbanización El Vado,  a seis kilómetros de la capital donde vivimos habitualmente.

Mi marido nunca tuvo muchas luces, siempre necesitó un hervor ya que cuando terminamos de pagar nuestro lujoso y costoso piso, que por cierto está junto al parque en pleno centro de la ciudad, pensé que nos íbamos a dedicar a vivir con desahogo, pero no, debido a no ser menos que sus colegas médicos del hospital él necesitaba una segunda residencia para poder veranear y pasar allí sus días libres. Ya se sabe que en la primera mitad de la década de los 70 se puso de moda el campo, el cultivo de tomates y lechugas en tu parcela, la cría de gallinas que daban huevos hermosos y todas esas zarandajas típicas de la clase media profesional.
Reconozco que cuando nuestros hijos eran pequeños les encantaban ir al chalé para coger sus bicicletas y en unión de sus amigos de la urbanización recorrer senderos y veredas. Otra cosa fue cuando se hicieron adolescentes, ahora querían quedarse en la ciudad y en los veranos ir a la playa. Y cuando se independizaron, como es lógico, nos dejaron más solas que la una. 
Lo peor fue cuando se jubiló mi marido, desde entonces pasamos medio año en el chalé ¿que qué hacemos? ver la televisión y decir todas las primaveras la misma idiotez. "Ya están echando capullos los rosales"
Confieso que odio el chalé, odio el campo, odio a los vecinos ruidosos adictos a las barbacoas domingueras, odio a los grillos y a las chicharras, aunque amo a mi marido y no puedo darle un disgusto diciéndole que no me gusta más este retiro.
Yo estoy todavía animosa para poder viajar con comodidad, desayunar en una cafetería y leer la prensa, visitar los centros comerciales (que me encantan), ir al cine, cenar en un restaurante coqueto pero ya no estoy para meterme en el chalé y aburrirme como una tarada mental. 

LIBROS

¡Milagro, milagro!

Autor: Jesús Torbado

España, hasta hace unos años fue considerado como un país mágico y atrasado, muy atrasado. Cuando en Inglaterra inauguraban la primera línea de ferrocarril a mediados del siglo XIX en nuestro país se llevaba a cabo la controvertida desamortización de Mendizábal y su consecuencia: la creación de más grandes latifundios con pueblos enteros habitados por jornaleros y ganapanes hambrientos y analfabetos.
Jesús Torbado recoge en este curioso y ameno libro varios testimonios de aquella España renegrida, aceitunada, oscurecida, ignara, supersticiosa y en definitiva, tercermundista: "La España contemporánea -escribe J. Torbado- todavía esconde todos esos mundos subterráneos de mujeres analfabetas y visionarios alucinados que ofrecen magia y milagros en santuarios campestres"

Este libro se editó hace doce años y entonces Andalucía (tan atrasada y extemporánea) sobresalía del resto de España por la cantidad inaudita de santones, saludadores, curanderos y visionarios como los santos Aceituno, Custodio, López Cano, el santo de Alcorcón, que era andaluz emigrado a aquel pueblo madrileño, la santona Flora Ruiz, el santón del Molinillo, el de Baza, el milagro de la virgen que lloraba en Granada y muchos etc. 

Un escritor dijo refiriéndose a esta parafernalia de santones y seguidores:
"Un pobre que no cree en los milagros y en las apariciones no es solamente cien veces más pobre de lo que es, sino que es un pobre equivocado ya que el único tesoro de los pobres es el milagro"

Madres cazamaridos (para sus hijas)

Si hacemos un pequeña reflexión, estimulado por nuestra curiosidad, descubriremos casos, entre personas de nuestro entorno, que han forzado matrimonios de conveniencia para sus hijas.

Yo sé el de un joven que recién acabada la carrera de medicina fue trasladado a un pueblo alpujarreño a ejercer como médico rural (año 1968). Como el lugar era tan pequeño y miserable no había ni una fonda para poder alojarse hasta que la mujer del tabernero le ofreció una habitación en su domicilio con derecho a comida y lavar la ropa.  El joven doctor lo aceptó mientras que en el ayuntamiento le prometieron que iban a construirle un domicilio decente junto a la pequeña sala de consultas.
Los taberneros tenían un hijo que estudiaba en la capital y una hija de 19 años que vivía con ellos. 
La tabernera puso los ojos como plato cuando vio, a la hora de comer, que las miradas del doctor se fijaban con insistencia en los turgentes pechos de su hija que se adivinaban bajo la bata de vichí. 

"Niña - le dijo un día a Paca, su hija- nunca tendrás la oportunidad de cazar un buen partido como éste. El médico es joven, está soltero y aquí en el pueblo no puede pendonear con nadie."
La hija carecía del arte de la seducción y esperaba siempre que el médico diera el primer paso. Hasta que un día, aconsejada por la madre, y mientras echaban la siesta de aquel caluroso mes de julio, se metió la chica en la cama del doctor. Estaba completamente desnuda y el doctor nunca en su vida había catado hembra.
A los tres meses del primer encuentro, que ni que decir tiene que dichos encuentros se repitieron con frecuencia, se casaron.

Después de unos años en el pueblo el doctor, su señora y sus cuatro hijos  viven en la capital, por todo lo alto, y cuando van de visita a ver a la anciana madre y las dos mujeres están a  solas dice la madre a su hija mirando al distinguido doctor: "Paca, que buena caza hicimos".

lunes, 27 de enero de 2014

¿Quién será el padre de mi hijo?

 Años atrás escribí un artículo en un periódico regional que por azar hallé el otro día entre mis papeles.

"Hace varias semanas leí un artículo en un periódico regional que decía que en una farmacia de una ciudad andaluza se podían hacer análisis de ADN de las personas que lo requiriesen a cambio de una tarifa determinada. Aseguraban que el acierto era de un 98%. Algunas herencias fueron modificadas a causa de haber sido demostrado que uno de los herederos no era hijo del testamentado. Pero lo más chocantes fueron los conflictos surgidos entre esposos , cuando algunos maridos llevaron a escondidas muestras de sus hijos y comprobaron que no fueron engendrados por ellos. Creo que suprimieron este servicio en aquella farmacia tan progresista para evitar males mayores.

A pesar la ley de Mendel y otras capulleces, esa que dice que de cada cuatro garbanzos blancos puede salir uno negro sin perjuicios de mezclas recientes siempre me escamó cuando yo veía que en una familia con varios hijos destacaba uno o una por ser muy diferente al resto de sus hermanos.

En la empresa donde trabajaba se dio un caso curioso. Un compañero se amargó en extremo cuando visitó a su esposa recién parida y le mostró al bebé: pelusillas rubias y ojillos azules cuando ellos tiraban todos a aceitunado o a renegridos más bien. El pobre esposo educó y crió a su rubito hijo hasta que por un azar de la vida descubrió que el niño era el fruto del amor o capricho extramarital de su esposa cuando ella trabajaba de secretaria en una delegación comercial danesa con sede en Málaga. Ni ley de Mendel ni -ollas en vinagre, puros cuernos.

En la bienpensante y nacionalcatólica España no hacen ver que todo lo que sucede en el seno de  la famila es sagrado, aunque salga una esposa pendona o un marido calientacama o un hijo friky. Todavía hay mucho camelo cuando se ven a esos hijos/hijas tan diferentes entre el resto de la prole y donde la mamá pone cara de sosa y dice aquello tan manido: es que en mi familia hubo un bosquimano o un vikingo. ¡Anda ya, cachonda!

CINE CLASICO

La Caja de Música (1989)

Director: Costas-Gavras

Esta película es un poema en sí , con final amargo, del deber de un hijo/hija de amar a su padre aunque este hubiese sido un cruel asesino frente al deber de la justicia.

Un emigrante húngaro en los US enviudó y se dedicó a educar a sus dos hijos haciendo horas extras en la fábrica donde trabajaba, para poder pagar la universidad a su hija que llegó a ser una brillante abogada criminalista.
Un día este emigrante, ya jubilado, recibió una carta de Extranjería notificándole que iba a ser extraditado a Hungría (todavía bajo el yugo comunista) para ser juzgado por crímenes de guerra que él supuestamente cometió cuando era un miembro de la SS afecta a los nazis en la ocupación germana durante la II WW.
Lazslo pone el grito en el cielo y dice que eso es una equivocación  que él nunca perteneció a los nazistas húngaros ni menos aún a las sangrientas escuadras de la SS. La hija le tranquiliza y le dice que ella llevará el caso, que todo habrá sido una confusión de identidad como aquel caso de Chicago donde un emigrante fue confundido con otro asesino que se llamaba igual.

De todas formas han de acudir a los juicios preliminares donde el Gobierno Comunista de Hungría envía a testigos. Todos afirman que el tal Laszlo era un depravado que disfrutaba torturando y matando a los gitanos y a los judíos húngaros. El caso de una mujer que lo reconoció fue especialmente doloroso, lo acusó de ser violada por este y por su camarilla de matones. A Laszlo le da un patatús mientras gritaba que todo era mentira, que era un montaje de un gobierno comunista contra él, un convencido anticomunista y un católico practicante. 

Un supuesto compañero de la SS está muriendo en un hospital y dice que declarará contra Laszlo. Los abogados de las partes y el juez americano viajan a Budapest para tomar declaración. Y después de la misma, milagrosamente, aparece un funcionario con una confesión escrita del enfermo diciendo que todo lo dicho fue bajo presión y amenzas. Qué él nunca conoció al padre de Anna.

Anna antes de marcharse de la capital húngara visita a la hermana del mejor amigo de su padre en US y ésta le antrega una papeleta de empeño para sacar una cajita de música como regalo a Laszlo. Anna, en el coche abre la caja le da cuerda y nota que se atasca. Levanta la tapa y ve unas fotografías de su joven padre con el uniforme negro de la SS y riéndose mientras que le pegaba un tiro en la nuca a un judío.

Cuando llega a US el padre le abraza y le de la enhorabuena por haber conseguido que las acusaciones contra él fueran sobreseídas. La hija lo rehuye y vuelve a casa donde envía las fotografías a un periódico. El fiscal reabre el caso y se supone que envía al asesino a Hungría para ser enjuiciado.

Nota.- ¿Cuantos hijas e hijos de torturadores y asesinos protegidos por  otro tipo régimen político han sido capaz de repudiar y denunciar a sus padres cuando se enteraron de la clase de alimañas que fueron sus progenitores?  Ninguno, lo aseguro. Ni en España, ni en Chile, ni en Argentina ni en otro lugar del mundo.