lunes, 25 de junio de 2012

El placer de conducir off-road

De mis múltiples aficiones a lo largo de mi vida útil, con la que disfruté una enormidad fue cuando compré un robusto, simple y divertido 4x4 con el único objeto de poder pertenecer a un club Off-Road de Granada y recorrer los bellos paisajes montañeros que rodean a la ciudad de La Alhambra.
Algunos domingos se organizaban salidas de 15 o 20 coches para explorar rutas con la ayuda del coche guía, un rutómetro y la emisora que llevábamos en los vehículos. Por aquel entonces, principios de los años 80, no había ninguna restricción para poder circular por ningún camino forestal de Sierra Nevada y otras sierras.


Recuerdo gratamente tres rutas que hicimos mi mujer, que era mi copiloto, la que leía el road-book y contactaba con la organización a través de la emisora para que yo me dedicara exclusivamente a conducir: 


1) Intento de circunvalación en el mes de enero de la pista bajo el Cerro del Caballo (altitud 3.015 m). Iniciamos el ascenso a la sierra por la pista forestal de Dílar pasando por la ermita vieja de la Virgen de las Nieves y tomar la pista que en torno al Cerro del Caballo bajaba hacia Lanjarón. Encontramos fango y algunas placas de hielo pero a medida que ascendíamos la nieve blanda se acumulaba en la senda hasta llegar casi a los parachoques. Había que utilizar la reductora y el autoblocante para que se agarraran bien las gomas. No pudimos continuar y tuvimos que volvernos  por la pista forestal de Nigüelas.


2) La Ruta de los Contrabandistas. También se hizo en pleno invierno para poder "pisar" nieve. Desde la provincia de Granada, por la Sierra de Tejeda, subía un antiguo camino (usado por los contrabandistas desde la costa hacia el interior) que ahora estaba ensanchado lo justo para que pasara un 4x4.
Se ascendía hacia la cuerda de la sierra, por la cara norte granadina, toda helada y nevada para volcar hacia la Axarquía malagueña con un contraste climático espectacular: sol, temperatura suave y un paisaje semitropical. Cruzábamos por Canillas de Aceituno y otros pueblos hasta deternos en Vélez-Málaga,  donde comíamos en un restaurante playero.


3) Rallye fotográfico por Andalucía. Cuatro días por lechos de río, pistas altas y dunas, eso sí pernoctando siempre en buenos hoteles.
Salimos desde la desembocadura seca del río Andarax en Almería. Subimos por el lecho seco y después con poca agua hasta la sierra para llegar a Laujar de Andarax y agenciar unas altísimas pistas forestales, llegar a Bayárcal, Orgiva,La Resinera, Torcal y deternos en Ronda (paramos en el mítico Hotel Victoria, donde se alojó el poeta Rilke).
 Desde esta serranía salimos hacia la Andalucía la Baja y cruzamos el río Guadalquivir por Coria, en la famosa barcaza, para navegar sobre arena blanda, tipo flesh-flesh de la Raya Real y llegar al Rocío. Nos alojamos en el gran hotel Matalascañas.
Tanto mi mujer como yo volvíamos a casa, tras estos emocionantes viajes, rejuvenecidos, a tope de adrenalina y rebosando de serotonina.

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