sábado, 28 de abril de 2012

Nortes y Sures

Puede servir de introducción a este artículo la simpática película italiana "Benvenuti al Sud" del director Luca Minero.
Un empleado de una caja postal que vive y trabaja en el próspero norte de Italia comete una falta laboral y el departamento de recursos humanos lo castiga enviándolo al Sur, a la Campania. Una región con mala fama debido a que sus habitantes son unos folloneros, juerguistas, fulleros, flojos e indolentes. Los tópicos que todas las regiones sureñas de occidente "disfrutamos" Arizona, Nuevo Mexico y Texas en los Estados Unidos; Extremadura, Andalucía y parte de Murcia en España; en Francia también tienen mala fama los naturales del sur.


No hay que etiquetar a ningún lugar ni a nadie antes de conocerle. En el libro de la biografía de uno de los empresarios más importantes que haya tenido España don Eduardo Barreiros, escrita por Hugh Thomas, se comenta que el Sr. Barreiros, refiriéndose a la productividad y profesionalidad de sus 25.000 obreros, dijo que los más laboriosos de todos eran los andaluces y los extremeños. Pero ¿por qué era así?. Los andaluces en su tierra, en al años 1965, si tenían trabajo, ganaban un salario de unas 3.000 ptas al mes mientras que trabajando en Barreiros de montador en una cadena de producción sacaba unas 10.000 ptas. Se ha demostrado que cualquier obrero o empleado bien remunerado es un excelente trabajador mientras que si le dan una miseria de salario se convierte poco a poco en un tocagüevos.


En la actualidad, en Andalucía, el que tiene la mala suerte de tener un trabajo en precario suele ganar un salario asquerosamente malo: muchos trabajadores de ambos sexos no llegan ni a los 1.000 euros al mes. Con este aliciente lo normal es que estos obreros se toquen las ingles y cojan bajas laborales siempre que puedan  para equilibrar la humillación y el mal trato de sus empresarios abusones. 


Por desgracia, esta situación provoca una mala fama para Andalucía que se extiende por toda España y hace, si así fuera requerido, que las empresas industriales nacionales y multinacionales prefieran otras regiones para montar sus factorías.


Los nortes y los sures siempre existieron y el sambenito que tenemos los sureños es difícil de erradicar al menos que demostremos que somos competitivos y trabajadores y que no somos  unos tarambanas pensando siempre en el pescaíto frito y en la copa de manzanilla.

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