viernes, 28 de marzo de 2014

Esos machos irrascibles

Produce estupor cuando leemos casi a diario los sucesos de violencia machista como si viviéramos dentro de un zoo de energúmenos asesinos y maltratadores.

Esa violencia machista, cada vez más habitual, se podría paliar si sin mucha dificultad se pudiera conseguir un certificado de penales a través de un abogado de familia o de la policía para saber si el "menda" es un convicto o reincidente en el maltrato de mujeres o incluso un delincuente habitual. Da grima pensar como hay mujeres que se lían con hombres sin apenas conocer su pasado, sin conocer a nadie de su familia o  incluso  desconocer su oficio o profesión.
Opinamos que las mujeres (más vulnerables ante los violentos) están en su derecho exigir tales certificados que serían leídos junto a un abogado o notario, pero sin tener derecho a ser usados para otros motivos.  De esta manera se podría ver de antemano que ese hombre de sonrisa bonita y mirada ensoñadora es en realidad un delincuente que a la menos de cambio le forrará a zostias o la volverá majarona con su continuado acoso psíquico. Pues ¿cuántas mujeres en el medio rural, más que en el urbano, han sido maltratadas mentalmente, con amenazas, gritos e insultos, por sus esposos y han quedado como atontadas y sin personalidad  cuando llegaron a la vejez? 

Repetimos, sí, un certificado de penales para saber de antemano si el futuro amante, esposo, compañero o lo que sea no es o ha sido un  maltratador. De esta forma se podría evitar futuros episodios sangrientos. Todos los criminalistas saben que una persona fichada y condenada por cualquier delito es proclive a reincidir cuando se presenta una oportunidad para ello.

Creemos que la plaga de violencia de género se paliaría si se usara con discreción dichos certificados de penales.  

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