viernes, 30 de marzo de 2012

LIBROS

Mis libros de viajes.

Un día eché un vistazo al fichero de mi biblioteca, que está ordenada según el C.D.U. y ví que tenía bastante libros sobre viajes, aparte de infinidad de guías de todos los sitios que visité a lo largo de la geografía española. Saqué tres fichas de aquellos libros que más me gustaron:

Manual para viajeros por Andalucía y lector en casa.
Richard Ford narra su viaje por la España romántica de la primera mitad del siglo XIX.
"Los andaluces fueron siempre la gente más elegante, refinada y sensual de la Península"
"La manzanilla de Sanlúcar tiene un delicado color pajizo y es extremadamente sana; da fuerza al estómago, sin calentar ni embriagar como el vino de Jerez"
"En la Sierra de Segura hay tantos lobos que apenas se pueden tener rebaños de ovejas"

The Face of Spain.
Gerald Brenan (Edición en inglés de Penguin Book, 1965)
Nota.- Considero este libro como el mejor testimonio de la posguerra española ya que Mr. Brenan visitó nuestro país en 1949.

"Uno no puede pasear por las calles de Córdoba sin horrorizarse por la pobreza que se ve. El tipo de vida de los campesinos andaluces es baja, pero en esta ciudad es peor. Uno ve a hombres y mujeres cuyos rostros estan cubiertos de suciedad porque están tan débiles o están tan sumidos en la desgracia que son incapaces de lavarse"
"Los españoles incultos, que son mayoría, adoran a casi todo en forma de relicario religioso: Gotas de Leche de la Virgen en la Cámara Santa de Oviedo; un frasco con el aliento de la borrica del Portal de Belén; una pluma de un ala de la Paloma del Espíritu Santo"

Iberia.
James Michener. Visitó nuestro país en varias ocasiones. Es muy agudo y perspicaz en sus observaciones sobre una época a la que tengo un afecto especial, la de mi juventud: años 60.

"En 1963 vi una celebración de una boda de jornaleros pobres. Me encontraba sentado en el porche de un café de Trujillo cuando llegó una camioneta llena de campesinos endomingados. Se bajó del vehículo una novia terriblemente fea y vestida con un traje blanco que le sentaba fatal: después se apeó el novio para seguirle una decena de invitados. Todos se acercaron a un puesto de helados y allí pidieron un helado de corte para cada uno. Supongo que ese sería el banquete nupcial.  Se comieron los helados en la sombra para subirse después a la camioneta y volver a Madellín que era de donde vinieron."
"En Toledo en 1961 me alojé en un hotel en una habitación que  daba a un patio que era un taller mecánico. Desde mi ventana vi unas motos raras, de un tipo nunca visto por mí, tenía tres ruedas, las dos traseras soportaban una caja como un camión y cuando la arrancaba para probarlas hacía un ruido infernal. Me enteré después que la llamaban motocarros" 

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