martes, 25 de noviembre de 2014

Aquel profesor granadino

El control de la mente siempre fue el sueño de todo déspota: controlar la forma de pensar de sus súbitos.
Pilar Salarrullana escribió en el año 1990 un interesante libro "Las Sectas" en el que explica el mecanismo de captación de estas organizaciones de personas, la mayoría de ellas débiles mentales o incluso deseosas de ser  sometidas por alguien superior a estas, que también las hay.
Aunque más esclarecedor fue el trabajo de investigación que realizó el periodista Pepe Rodriguez sobre estas gentes desalmadas que se aprovechan de otras personas para explotarlas económica o sexualmente  y que él trasladó a su exitoso libro " Las Sectas hoy y aquí" editado en 1985 y en su cuarta edición en el año 1993 donde se explica con detalles como personas con don de palabras y de persuasión someten hasta el grado de esclavitud a otras.

El último caso de una persona sometida y esclavizada  fue el que apareció hace unos días y que apareció en la prensa: el de ese joven granadino que "militaba" en una pseudosecta religiosa, dentro de la iglesia oficial. Muy alarmante, pues nos indica que todavía, en pleno siglo XXI, hay gentes que se dejan avasallar con agrado por parte de monstruos humanos. 

Confiesa este joven granadino que desde que era un niño de doce años de edad sus preceptores abusaban sexualmente de él, estos maricas de niños, llamados ahora dulcemente con el apelativo de  pedófilos, vivían sin sentido de culpa, comulgaban y se consideraban por encima del bien y del mar, del perdón o del castigo (¿serán psicópatas esta gentuza?) a pesar de que cuando se les apetecía   en vez en cuando hacían guarrerías con un niño  atemorizado y después con un adolescente sometido y traumatizado.
 Creemos que una parte de la culpa de lo que le ha pasado a este joven de 24 años desde su infancia y luego en su pubertad fue debido a una excesiva confianza de unos padres como los que hoy día todavía ponen  su confianza en tutores, preceptores profesores, monitores de campamentos y  de gimnasios, etc. para que eduquen o "entretengan" a sus hijos mientras que ellos, los padres, se dedican a lo suyo. 

Pepe Rodriguez nos explica en su libro que hay sectas ilegales y legales, éstas últimas son las mas peligrosas porque nadie desconfían de ellas. Dentro de un grupo fundamentalista religioso, como es el caso del granadino, puede surgir un subgrupo más fundamentalista aún y por ende más cerrado donde todo lo que se haga dentro de sus miembros es un secreto absoluto y es aquí donde surgen esas perversiones tan horribles como las padecidas por el joven profesor granadino que está llenando las páginas de sucesos con sus abominable experiencia.

"En cualquier secta u organización legal (sea esta religiosa, política, empresarial, gremial, cultural, etc.) que se quiera dominar a uno de sus miembros lo primero que suelen hacer es eliminar todo vestigio de vida privada y se suprime la individualidad. Hay que desprenderse del propio yo y fundirlo en la masa sectaria (en la masa de seguidores incondicionales). Hay que producir una regresión infantil provocada por la misma dinámica de la despersonalización. El ser humano se debe convertir en un objeto.
A través de la persuasión, de la sugerencia supuestamente omnisciente del predicador (sea este un confesor o un líder natural) se le pide al recién sometido (una vez que se ha comprobado su docilidad y su grado de sumisión) favores de menos a más hasta llegar un estado servil tal que ya se puede hacer con él o con ella lo que se quiera."

La dignidad del pueblo español es muy fuerte y todavía nadie ha destapado la Caja de Pandora para explicar aquellos abusos físicos y sexuales en la mayoría de los colegios  y de  los internados de las décadas de los 50 y 60. Pues qué señor o señora, que pasa ahora de los 60 años de edad, sería capaz de denunciar que tal o cual le metía mano, en su niñez, antes de irse a dormir en un internado que parecía más un campo de concentración que un lugar de recogimiento y enseñanza?


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