Los aficionados y los especialista de la Historia saben que siempre que un país se derrumba moral y socialmente hay antes unos indicios de mal gobierno en sus dirigentes.
En la época imperial romana existieron unos emperadores que fueron los arquetipos del mal gobierno y de la corrupción a ultranza. Nos referimos, naturalmente, a Tiberio un malvado y un indolente que incluso abandonó parcialmente su gobierno para retirarse a su finca de recreo de Capri y dedicarse a las más grandes perversidades y borracheras. Allí adiestró, y no educó, al que sería su sucesor al temible Calígula que a la larga le superó en todos los males imaginarios. Mientras el Imperio se sumía en el un terrible caos y en las calles y en los palacios de los magnates se sucedían las extravagancias mas inauditas. ¿Qué tiene que ver aquellos tiempos con los nuestros? Con lo que sucede en España. Mucho. La situación política actual en nuestra patria está llegando a un poso de corrupción, espeso y cenagoso, la hez del diablo (como dijo el poeta) difícil de salir como no haya una sincera y completa regeneración. La corrupción y el mal gobierno, ojo, mal gobierno desde un palacio presidencial hasta cualquier ayuntamiento de un mísero pueblo campa a sus anchas. El surrealismo político español llega al extremo esperpéntico de que que un político vaya a ver a su querida a costa del erario público o que un chico de 20 años traiga en jaque a todo un gobierno porque dejó de ser el chico de los recados y ahora cuenta sus verdades como se le apetece. De que unos muchachos, PNN de una universidad, ahora los llaman de otra forma, que que apenas gana 2.000 euros de salario al mes hayan visto un coto abierto en la política para crear un partido político de opereta al cual se adhiere un parte del pueblo iletrado y de escépticos.
De acuerdo ya no hay orgías ni matanzas gratuitas como en tiempos de Tiberio y Calígula, pero si sigue existiendo una caterva de ladrones y sinvergüenzas que se aprovecharon y se aprovechan de sus cargos políticos para medrar y descerrajar las arcas del Estado.
Todo se restaura, todo se regenera. Esperamos y deseamos que el caos imperante en España se calme y que los gobernantes electos sean honrados y buenas personas que amen a su país y también respeten a sus ciudadanos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario